La única luz encendida en el mundo
Mis ojos y su nudo en su garganta
sabe a óxido la escupo
tormentas de metal bosques indómitos
naciendo de la córnea desgarrándome
en el centro todos los fines todos los principios
quejándose aburridos lamentos de difuntos
y todos los santos sonriendo perturbados
La única luz encendida en el mundo
en su orgullo no quiere apagarse
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