pero el más pequeño va con una muletita, tan enfermo que no pide nada
no he parado de pensar en qué llevar
los lirios de la repisa muerta
respirando mucho frío
un cauce de sus brazos, cuello y vientre: la niebla arde y se cuela por la mancha
de sus ojos
Abrí la puerta del cuarto y me solté del rojo
setenta días
Descubren mayo
como el calor del grillo que salta en nuestras cabezas llevando el aire de una sábana