sentí el veneno por primera vez y se acabó mi infancia
pero estaba preparada
apenas lloré

cuanto más les dejo hablar más lo estropean

deberían quedarse mudos



menos mal,
                            menos  mal,
                                                      menos mal,    sola
por fin, al fin

una venganza vital: Lord Byron, oh, ya, nunca más
ya comprobé que puedo amar mucho que puedo amar bien
no es más que un muro para que no

y ya no sois un individuo solo sois los

que quiero que me dejen en paz

Oliver raptó aquel rastro

llevaron las luces del palacio hasta el volcán
no miraban a nadie, eran como niños de la guerra
en un torpe vacío hastiado por las puntas de los huecos ariscos

un mundo tan oscuro y brillante
galopando envueltos en el fresco del campo a la sombra
apareció el universo solo de colores silenciosos

''Y al feo lenguaje con que se bastan los charlatanes, ese lenguaje tan muerto como las coronas de nuestras frentes semejantes, reduzcámoslo, transformémoslo en un lenguaje encantador, verdadero, de intercambio común entre nosotros.'' 

Paul Éluard

salí al patio en blanco, atravesó el arqueo un suelo azul

observé limpia el sol
que se rompió en huevo y dejó al escalofrío
resbalarse hasta formar un charco,      el cascarón brotó un golpe sordo

me quedé ciega notándolo, castigada

y colgaba esa humedad de la rendija
haciendo una extrema tensión apenas audible
hasta la humareda en la sangre

5/4/15

hay dolor en la palma

hoy, reunión

los días son manchas caras

no salva no cantó, piedrecitas
miedosas

mirada un arma de sol claro como el vacío de una huella

impresa en el ojo sin cálculo

y desplegó sus huecos en alas

empezó el manto, ella vino como una sombra

temblando en calor

iba derramándose en mis manos de océano por los instantes

Oliver viajó en el tiempo lo arrastraron las corrientes livianas
y no sabía si buscaba el eco y tropezaron, el río lo dejó siete años sin aire
antes de llevarlo al mar

pero esa noche el agua estaba negra, no la recordaba

el alma del ocaso despertó a la bruja
                                                                               había una firma en el sol
lejos de los nervios de la luz
había esparcido el azúcar y el diamante

hundí el dedo en aquella sangre blanca porque quería esconderlo en la memoria
una campana ha sembrado: mi rostro ya es campo, mis manos noche