cuando tu casualidad es la mía
las hebras de ver entretejen una tela infinita preciosa
exacta en su salvaje
tremenda

plasmado el paisaje
cubierto
de eso

al gato fierecilla le salen
de los ojos
manos tiernas que aguantan
en

sin espacio ni tiempo
no está y está

al león amansado

abominable

sus ojos también parecen hechos de entendimiento

también desea perderse
en laberintos
alturas

disconti
nuidades

de

la materia

un alarido arranca desde lo sublime un sentido
que se arrastra hacia la superficie

brota en círculos concéntricos cubriéndose de sensibilidad
solo como un soplo
de si
una pequeña sábana en que se envuelve

no sé adónde puedes llegar
por eso
no juzgo cómo
por dónde
cuán rápido
caminas

bien visto en su reflejo no me veo
nada más que porque acusa mi imagen al verme

todas las fieras se amansan ante lo desconocido
yo claro que también

pero no sé temer lo bello

aunque tengo miedo y no de tu gris
fragilidad
negra y blanca
te deshaces
como humo

hablo sola al humo y él
huye desvanecido

es entonces
una inquietud que no nos separa
porque entremedias
vive irreal

el verdadero sentido
de la tristeza
su parte extensa envolvente y descanso

negra estampa insomne
muda
acumula respuestas
detrás de su imagen
que simboliza

quién diría que no son ganchos
así, enzarzados
así, las decisiones de su anatomía
también llevan
a callarse

quiénes somos

se lleva su identidad
cuando se lleva
luego también hablo
de alguien que no conozco

me preparo entera a decirle que sí
inconscientemente
no digo porque ya no creo
saber
decir

qué se puede decir
sobre la escucha

entregarse en la imaginación
que luego respira la imagen

abierta a la luz abundante
porque
en sí el suelo
no me lleva
yo ya estoy

desfile de las baldosas como sorpresas
inacabadas
me sobrecojo bajo cada una

otra vez como nueva magia púrpura
que nunca tal había oido
y sin embargo no me quedan esquinas

su forma las envuelve
los escondites se revelan

la duda más profunda es la que te acosa de silencio silencio

silencio

Aurea mediocritas no quiere decir ninguno de los dos sino los dos a la vez.

yo no hago magia pero insinúo
como puedo paisajes imposibles
insinúo hiedras
de espasmos claros
brillan carruseles envueltos de niños
ay cómo comen
el entorno impresionado

porque quiero envolverte en magia
una necesidad secreta del mundo
pide y pide

aventuras interminables donde todos perdidos
alucinantemente lejos

mimetizada en humo levita
pozo de sangre enredada
pozo
de sangre

ánimo mimetizado en humo
temblor vacila
balancea
asciende en círculos
también se hunde

en sus ojos agazapada la suerte de ahora
como deseándola más
más
se abalanzan sobre
el bálsamo

El segundo día fue mejor que el primero porque la tristeza fue más honda.

momento macerado
incide en un despeje
que se abre al cielo

el suelo cierra el sentido
solo golpes de pies vertiginosos

el color es luz y azúcar
caramelo de los días
invisible

pero solo un azul imaginario
para mis ojos
respiramos