me fascina como sus ojos
escuchan
yo hablaba para que las palabras
cayeran en su abismal terreno
un punto de fuga
se iba
el suave silencio la calma
de la locura que desprendía
era la sustancia de mi piel
no en mí ni siendo yo
fui feliz
su presencia era alegre
un pájaro volando
adónde no puede ser visto
perdiéndose
propone jugar al escondite
jugando
el negro cubría
como una gran pupila de entendimiento
sin oscurecer observaba
temblaba y
casi
desaparecía
porque casi quería
desaparecer
su forma entera era
exactamente mi respiración
El pavo real asciende el árbol
ávido
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