un piano en cada tecla desprende una estrella
así, yo trazando constelaciones que bordeen
tu negro hondo cegador
cuerpo
delimitando cuidadosamente la incógnita
sabremos bien cómo no resolverla
todo será la alegría del paraíso
en la armonía
que se escapa
de la réplica
del silencio
sumida en él
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