salí al patio en blanco, atravesó el arqueo un suelo azul
observé limpia el sol
que se rompió en huevo y dejó al escalofrío
resbalarse hasta formar un charco, el cascarón brotó un golpe sordo
me quedé ciega notándolo, castigada
y colgaba esa humedad de la rendija
haciendo una extrema tensión apenas audible
hasta la humareda en la sangre
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