el dolor virgen rompe el ala, su pequeño hilo de agua y recorre las bocas ajenas...
aquel ser estremece el plumaje blanco
nidos eternos al fondo del húmedo mirador pausa limpia
astros de la duda quietos
como escarpias
balbucean en el temblor del labio que han pedido
entre un montón de nieve, sacos y cuerdas, no sostenerse
se tuerce pie vacío
hacia la nada de la emoción y subí la cumbre envuelta de pájaros en éxtasis
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