lunes, 26 de octubre de 2015

pero el más pequeño va con una muletita, tan enfermo que no pide nada
no he parado de pensar en qué llevar

los lirios de la repisa muerta
respirando mucho frío

un cauce de sus brazos, cuello y vientre: la niebla arde y se cuela por la mancha
de sus ojos

Abrí la puerta del cuarto y me solté del rojo

setenta días

Descubren mayo

como el calor del grillo que salta en nuestras cabezas llevando el aire de una sábana

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